Tu competencia, tu mejor maestra

Te enseñará mucho. No la pierdas de vista, pero tampoco te obsesiones con ella

Puedes llegar a ser el mejor en lo tuyo, aunque en algún sitio hay otra persona que está trabajando para hacerlo mejor. Por mucho que te esmeres, es imposible controlarlo todo. Tienes que ser consciente de que a tu alrededor hay personas que se preocupan por reinventarse e innovar y pueden dejarte atrás, si te cogen desprevenido por no estar atento. Es tu competencia. Si no cuentas con ella, y me refiero a la de siempre y a la nueva, te quedarás sin capacidad para reaccionar y sin opciones para adaptarte, lo antes posible, cuando el mercado dé un giro, o ellos hayan encontrado una oportunidad que tú no has sabido ver a tiempo. De ahí la importancia de no perderla de vista. Eso sí, sin obsesionarte.

Esto puede sucederte en cualquier momento y lugar. Si te fijas, estás compitiendo de forma constante. Ya sea por un puesto de trabajo, por una nota, por un ascenso en tu profesión, hasta por conquistar a alguien… Son situaciones que te obligan a dar lo mejor de ti. De tu capacidad para afrontarlas depende si entras o sales de la partida.

En el caso concreto, lo mejor que puedes hacer con tu competencia es aceptarla. No la conviertas en un problema que no tienes. No es tu enemiga. Es más, si te ubicas en el top de tu sector y conviertes tu oferta en un referente del mercado, no tendrás competencia. Ten en cuenta que las reglas del juego han cambiado y ahora la clientela es la que decide qué, cómo, dónde, cuándo y por qué. Por ello, debes dirigirte a ella y enamorarla de todas las maneras posibles.

No tener competencia es peor


Cuando te centras en tu consumidor, y tu oferta está personalizada y pensada para él, conseguirás que se identifique tanto con tu marca que no te cambiará por nada ni por nadie. Ya sabes que ahora no hay empresas sino marcas detrás de las que hay personas que se equivocan y reconocen sus errores, que hablan de cerca a sus seguidores y se preocupan por cubrir sus necesidades, intereses y deseos.

Estar solo en el mercado no te hace mejor. Al contrario, te acomodarías y es peor. Cuando vigilas de cerca a tu competencia evitas dormirte en los laureles y te obligas a buscar de forma constante optimizar tus productos y servicios. Así podrás ofrecer la excelencia a tus consumidores. Haz de tu competencia tu mejor aliada. No se trata de que tengas una relación de amor. Con que sea cordial es suficiente. En el mejor de los casos puede convertirse en un complemento de tu actividad en momentos puntuales.

Hablar de tu competencia no te hará mejor. El caminar se demuestra andando, no hablando. El valor de tu oferta tiene que destacar, porque es lo que en realidad tienes que centrar tus esfuerzos y tu energía.  Se trata de que quien te compra, te reconozca como su mejor opción. Trabaja tu reputación y da a tus seguidores un servicio de calidad que los obligue a recomendarte. Cuando siembras, siempre recoges. La calidad de esa cosecha depende de tus cuidados. Es parte de un proceso. Si sabes explotarlo alcanzarás tu ventaja competitiva y te distanciarás de los negocios de tu sector.

Investiga y vigila a tu competencia


Si lo que ofreces es bueno y tiene ese valor añadido único que lo hace diferente, tu clientela no te abandonará. Si se marchan es porque algo tienes que mejorar u otro lo hizo mejor que tú. Tienes dos opciones: ponerte en la tarea y trabajar para que te sean fieles de por vida o dejarlos ir para que nunca vuelvan. Todo cambia y lo que hoy funciona, mañana puede que no. A través de la investigación y  la vigilancia constante, que haces a tu competencia, descubrirás qué está haciendo bien que a ti se te ha podido escapar o simplemente no se te ha ocurrido, para que lo hagas mejor.

Cuando entiendas que tu competencia es la que te va a ayudar a superarte, mejorarán muchos aspectos de tu marca. Si encima, consigues crear y mantener una buena relación con ella, conseguirás una aliada. Pueden hacer cosas en común para complementarse y evidentemente cuando hay un ambiente cordial es mucho más fácil que todo fluya a que si tienes que vivir en un territorio hostil y en constante guerra.

Y ahora, llegamos al temido punto del análisis. En él radica la posibilidad de descubrir nichos de mercado que hablan y nadie escucha. No esperes a que otros lo encuentren antes, porque cuando llegues ya te habrán cogido ventaja y posiblemente estarán posicionados. Es fundamental que innoves sobre las posibilidades que te da tu clientela. ¿Quién mejor que ellos para orientarte? Es un ejercicio de autocrítica y la mejor posibilidad de conocer tu lugar en el ranking. Si no es idóneo, tendrás la oportunidad de redireccionar para subir posiciones.

Te obliga a aprender


Ahora, para que puedas conocer todo, tienes que analizar. Sí. La competencia es tan útil en tu sector que te sirve para saber por dónde puedes ir y por dónde, mejor que no. Mírala como algo que te mantendrá motivado y te hará plantearte tu negocio con vista al futuro. Te ayudará a ahorrar tiempo porque posiblemente ya ha pasado por un descubrimiento antes que tú. Te verás obligado a buscar cómo puedes diferenciarte. Si hay competencia es porque hay mercado. Te mantendrás actualizado si no quieres que te adelanten. Siempre aprenderás de lo bueno y de lo malo.

Te repito, analiza a tu competencia. Es un amplio mundo que te da datos muy útiles. Puedes observar una infinidad de ítems que te permitirán conocer aspectos como sus fortalezas, debilidades, estrategias, recursos… En base a la información que obtengas podrás decidir y plantear estrategias que te ayuden a estar a la altura. Por poner un ejemplo simple, si te das cuenta de que uno de sus puntos débiles es la rapidez en la entrega, o el trato a su clientela, puedes tomar ventaja, haciéndolo mejor tú.

¿Cómo lo haces?

Consiste en una investigación. Puedes hacerla tú mismo y observar por encima, visitarlos como un cliente más… Te darás cuenta de lo que hace y cómo lo hace. Si quieres profundizar, tendrás que contratar expertos. Para que puedas seguir un orden, grosso modo, los pasos a seguir serían:

  • Qué motivo tienes para hacer el análisis (Cuál es la necesidad).
  • Qué información necesitas (experiencia, mercado, posicionamiento, precios, recursos…).
  • Recoge esa información (buscando qué acciones se van a emplear).
  • Analiza la información recolectada (con una tabla en la que queden bien reflejados los competidores e ítems que has tenido en cuenta).
  • Toma decisiones y plantea las estrategias (para poder aprovechar las oportunidades que hayas encontrado).

Es una tarea constante, porque el mercado está siempre en movimiento. Y no olvides que es tu aliada, no tu enemiga. ¿Qué opinión tienes de tu competencia?

Foto: Ally Souza

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